LOS CHISTES DEL AVE

Artículo publicado en el Diari de Sabadell el sábado 27 de enero de 2018

Esta semana se ha inaugurado el recorrido en AVE entre Valencia y Castellón de la Plana. Fue un acto con retranca, dado que una avería retrasó media hora el primer viaje entre estas dos capitales de provincia. Se nos ha explicado -y vendido- que es un gran avance, que permite unir Madrid con Castellón, y que demuestra la eficacia de la apuesta española por los trenes de alta velocidad.


Más allá de la triunfalista nota de prensa del Ministerio de Fomento, hay otras partes de esta noticia que son mucho menos conocidas. La primera noticia es que el AVE no es la vía más rápida en tren entre Valencia y Castellón. Habrá sólo dos viajes diarios en cada sentido en AVE. Y un viaje tardará 42 minutos y el otro 50 minutos. Mientras, hay 8 viajes diarios en el más modesto Euromed, que tarda sólo 38 minutos. No deja de ser un chiste que el tren de alta velocidad sea superado por trenes más antiguos y tecnológicamente inferiores. Tanto el AVE como el Euromed son caros, costando entre 16 y 20 euros por viaje. Entonces, siempre queda la opción de los clásicos trenes regionales. Pueden tardar 1 hora en hacer el mismo recorrido y, con una tarjeta multiviaje, cuesta menos de 4 euros cada viaje. Cada minuto de ahorro de tiempo en el recorrido tiene un coste extra superior al euro. No parece una rentabilidad demasiado lógica. Por si fuera poco, recordemos que hay sólo 2 AVE diarios en cada sentido. El total de trenes diarios en cada sentido entre Valencia y Castellón es de 61.


El nuevo AVE entre Valencia y Castellón no es de demasiado alta velocidad. Entre las dos estaciones hay 77 kilómetros. Esto significa una velocidad de 92’4 kms/h. Ciertamente, es un chiste. Pero hay más chistes en el nuevo AVE entre Valencia y Castellón. Ha costado 178 millones de euros y ha tardado 3 años en terminarse. Pero no es una vía nueva, diferente, de ancho de vía europeo entre las dos capitales levantinas. Simplemente se ha añadido un tercer raíl en la vía estándar de cercanías. Ahora, por las mismas vías pasan trenes regionales, de cercanías, Euromed, Talgo, mercancías y el AVE.


No se acaban aquí los chistes. El Ministro de Fomento ha anunciado que hará una vía nueva para el AVE. Costará 1.200 millones de euros y empezará a construirse en el año 2019. Un coste de más de 15 millones por kilómetro de vía parece, de entrada, una barbaridad. Además, no hay ningún proyecto para alargar esta nueva vía hasta Tarragona. Lo que tendría sentido en un AVE, a pesar de las dudas que por sí mismo plantea, que es seguir la costa mediterránea, no está proyectado. Tampoco hay nada proyectado (más allá de una línea de rotulador en un mapa) del famoso corredor mediterráneo para mercancías con ancho de vía europeo.


Todo parece indicar que alguien ha querido “cumplir” la promesa electoral de hacer llegar el AVE a Castellón. Se ha hecho con prisas pero ha acabado tarde y mal. Es muy caro y es más lento que otros trenes. Todo ello no tiene ningún sentido. Pero, mientras, hay una realidad que sigue sin respuesta: las mercancías.


Del País Valenciano salen cada año hacia Europa 2.500 millones de euros en fruta. Y salen en camiones, porque no hay trenes de mercancías con ancho de vía europeo. De paso, también podemos explicar que el 29% de las frutas y verduras que se consumen en la Unión Europea sale de España. El 80% de esta producción agrícola exportada proviene de Catalunya, del País Valenciano, de Murcia y de Andalucía. Curiosamente son las zonas que se verían afectadas positivamente por un corredor mediterráneo de mercancías con ancho de vía europeo. 7.500 camiones de gran tonelaje (“trailers”) pasan cada día por la AP-7 en Sant Celoni en dirección a Europa. Mejor no hablar, pues, de contaminación ni de costes comparando transporte por carretera y por ferrocarril.


La apuesta española por el AVE es insensata. El año 2017 se destinaron inversiones por más de 4.000 millones de euros al AVE. Y poco más de 300 millones para Cercanías. Mientras, más de 10 millones de usuarios de Cercanías sufrieron retrasos e incidencias (5’6 millones en Catalunya, muchos más que en Madrid).


Joan Saumoy i Gregori

Sabadell, enero de 2018

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